Mi afición
Todo empezó siendo un niño, en un mañana fría de invierno, fuímos de visita a casa de unos amigos. Jugando y correteando por su morada, de repente levanto la mirada y observo en una esquina del salón, una urna de cristal que emana una luz muy intensa, con gran curiosidad me acerco sigilosamente y veo aletear a unos hermosos peces, sorprendido por sus formas y colores me quedé observándolos con fascinación, este es el día, que no he podido apartar la mirada.
El tener un tiburón en la bañera, ya no es ninguna leyenda urbana.
ResponderEliminar